EL CONFIDENCIAL Este pequeño aparato se instala fácilmente y brinda asistencia al pedaleo. También se puede retirar cuando se desee para volver a usar la bici como una bicicleta tradicional
La bicicleta es el medio de transporte urbano más saludable, económico y respetuoso con el medioambiente, si se deja a un lado caminar de un sitio a otro. Tanto es así que cada vez más personas se compran una para hacer rutas cicloturistas y de montaña los fines de semana y para ir al trabajo, al instituto o a la universidad en su día a día. Sin embargo, el uso rutinario de las bicicletas está asociado a algunos problemas, como es el caso de llegar empapado en sudor a la oficina. Por ello, no es de extrañar que las bicicletas eléctricas estén ganando popularidad. Al fin y al cabo, permiten superar cualquier pendiente o distancia sin apenas esfuerzo. Eso sí, a costa de realizar un gran desembolso económico en su compra y de lidiar con otros inconvenientes, como su elevado peso, la necesidad de mantenimiento extra o el mayor riesgo de robo.
En este sentido, hay empresas que quieren solventar estos problemas y, además, reducir la generación de residuos fabricando kits de conversión, los cuales permiten transformar una bici normal en una eléctrica sin necesidad de contar con conocimientos mecánicos. El ejemplo más llamativo es este invento creado por la compañía española Spiny, el cual se coloca en el cuadro y se conecta a los pedales y a la rueda trasera en solo cinco minutos.
Características del dispositivo
El dispositivo de Spiny ofrece la posibilidad de transformar casi cualquier bicicleta convencional en una bicicleta eléctrica (las bicicletas plegables no son compatibles). Con un peso de tan solo 2,2 kilos, este kit se posiciona como uno de los más livianos del mercado, facilitando su transporte e instalación. Empezar a usarlo es muy fácil, ya que solo requiere de dos tornillos para fijar el dispositivo a la bicicleta. El dispositivo ofrece una autonomía que varía entre los 25 y los 50 kilómetros por cada carga, dependiendo del nivel de asistencia que se seleccione. Para ajustarlo, Spiny incluye cinco modos de potencia, accesibles a través de una aplicación móvil gratuita, lo que ofrece una experiencia personalizada. La batería se recarga en aproximadamente cuatro horas, permitiendo su uso frecuente y sin grandes tiempos de espera. Según Marco Cocchiarella, cofundador de la empresa, "con este sistema, puedes colocar y retirar el dispositivo fácilmente, ya sea para recargar la batería o para evitar robos". Esta versatilidad permite a los usuarios convertir su bicicleta tradicional en una eléctrica sin renunciar a su uso habitual. Su precio, que ronda los 500 euros, sigue sin ser accesible para muchos usuarios, pero resulta mucho más bajo que el de cualquier ebike del mercado.